Renacimiento
Morrie Mullins
Este mes marca el primer
cumpleaños del nacimiento de las crías de leviatán que nacieron bajo las
cristalinas aguas de Dorumaa. Por lo que se sabe en Cularin, estas crías son
los últimos ejemplares de su especie, y debido a ello han atraído la atención
de toda la galaxia. Muchos naturalistas y grupos ambientales estaban realmente
más preocupados por la desaparición de las crías que por la desaparición de
Cularin como un todo, debido a que, como señalaron, “En la galaxia hay muchos
humanos, sullustanos y wookiees, ¡pero sólo hay dos de esas crías!” Como
resultado, la Alianza para la Creación de Entornos Habitables mostró gran
interés en la situación de Cularin e invirtió dinero de sus propias arcas en la
investigación para ayudar a recuperar el sistema.
Uno de los pasos que tomaron fue
la creación de un documental acerca de las crías y su madre, gran parte del
cual fue una recreación del rescate de las crías... con una gran dosis de
licencia dramática. A continuación se reproduce un fragmento del documental,
presentado por el xenobiólogo kel dor A. Rahring. El dr. Rahring está bien
considerado en su campo y comenzó el documental con anterioridad a la
desaparición de las crías. Durante su ausencia, realizó mucha más investigación
y descubrió algunos datos asombrosos sobre las criaturas.
Bienvenidos de nuevo a “Una
Galaxia Aturdida”. Durante las últimas dos horas, les he ofrecido pinceladas
del modo de vida de estas asombrosas criaturas marinas, y he hablado de la
extraña desaparición de su madre. Debió ser especialmente duro para los jóvenes
enfrentarse a los océanos de Dorumaa sin ella, y todavía ninguna embarcación de
vigilancia ha sido capaz de encontrar rastros de su existencia. Algunos afirman
que no sobrevivió al parto y rescate de sus crías, pero si ese es el caso,
¿dónde está el cadáver? Otros afirman que puede haber sido capturada por
aquellos que se aprovecharían de su desaparición, pero si ese es el caso, ¿por
qué no llevarse una cría, que sería mucho más fácil de transportar? Este es uno
de los misterios a los que nos enfrentamos.
Hay una tercera posibilidad que tal
vez podría merecer estudiarse más en detalle. Cularin siempre ha sido un lugar
muy poderoso en la Fuerza. Mantiene un equilibrio precario, tanto en términos
de las especies presentes como en las presiones políticas, sociales y
económicas que existen en una región tan pequeña. Aunque, que sepamos, las
crías no han mostrado ningún indicio de sensibilidad a la Fuerza, ¿no es acaso
posible que el motivo por el que su madre fue capaz de sobrevivir, congelada,
durante tantos siglos, fue porque entró en algo parecido a lo que los Jedi
denominan un “trance de la Fuerza”? Podría ser posible que haya vuelto a
hacerlo, y de algún modo se haya vuelto indetectable como forma de vida. Cierto
es que no soy un Jedi, sólo un simple xenobiólogo, pero sugiero que puede haber
algo de verdad en esta teoría. Si estas criaturas realmente son sensibles a la
Fuerza, ¡cuánto podríamos aprender de ellas!
Las crías presentan un desafío
especial. Hasta ahora, Titon (la hembra) y Jessel (el macho; estos son los
nombres que mi equipo les asignó, porque si las crías realmente tienen nombres,
aún tienen que revelárnoslos) han realizado un trabajo admirable cuidando de sí
mismos. También muestran una notable afinidad el uno por el otro, pero no hasta
el punto de que sean inseparables. De hecho, pasan separados casi tanto tiempo
como el que pasan juntos. Vagan por los mares de Dorumaa, a veces separados por
miles de kilómetros, pero hemos observado en varias ocasiones cómo giran
simultáneamente y comienzan a acercarse. Se reúnen con precisión absoluta, y
entonces salen nadando juntos para dar una vuelta completa a los océanos.
Se esperaba que el equipo que
informaba desde Cularin recopilara gran cantidad de datos durante su ausencia,
pero resulta que todo el sistema fue una masa de nada, un instante que pasó
antes de que los ciudadanos supieran siquiera que habían desaparecido. Por
tanto, la mayor parte (tal vez toda) la investigación lograda durante el tiempo
que Cularin estuvo ausente fue hecha fuera del sistema.
Durante el transcurso de la
última década, hemos buscado cualquier tipo de prueba respecto a la naturaleza
de las crías de leviatán. Hemos explorado las profundidades marinas de lugares
como Naboo y no hemos encontrado nada que parezca igualar la consciencia y la
docilidad de esas criaturas gigantes. Hemos examinado el escaso material genético
que pudimos obtener de las crías, y llegamos a la conclusión de que, según las
condiciones de Dorumaa y las criaturas con las que comparten esos mares, no
pudieron haber evolucionado en ese clima. Deben de haber sido llevados a ese
planeta en algún momento del pasado remoto. Las preguntas obvias son: ¿Por
quién? Y, ¿con qué fin?
Una de esas preguntas obtiene
respuesta (o eso creemos) cuando examinamos la silueta corporal de las crías de
leviatán.
Un diagrama ocupa la pantalla. En la parte superior del diagrama
está Titon. En la parte inferior hay una nave estelar de líneas suaves. La
imagen de Titon se desplaza sobre la imagen de la nave estelar, y la
coincidencia es casi perfecta.
Como pueden ver, la estructura
corporal de la cría es muy, muy cercana a la de esta nave de diseño mon
calamari. Aún tenemos que obtener pruebas fehacientes para demostrar que estas
criaturas existen en el planeta natal mon calamari, pero es posible que así
sea, y es del todo probable que si no residen allí ahora, lo hicieron en algún
momento del pasado.
Lo desconcertante del caso es
que la norma mon cal es no viajar o poblar otros planetas, sino permanecer en
el hogar y mantenerse lejos de la mirada inquisitiva de los extranjeros. Si
estamos en lo cierto, y estas crías son parte de una especie que evolucionó en
el planeta natal mon calamari, eso aún deja el misterio de por qué sus progenitores
fueron sacados de sus hogares y llevados a Cularin. Esta pregunta es complicada
de responder sin saber cuándo ocurrió dicho traslado, pero continuamos
investigando al respecto.
Es hora de hacer otra pausa.
Cuando regresemos, les mostraremos imágenes recientes de las crías, las
primeras imágenes de Titon y Jessel desde la desaparición de Cularin.
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