lunes, 30 de mayo de 2016

Los problemas nos siguen


Los problemas nos siguen
Morrie Mullins

La publicación de su tratado sobre la naturaleza de la muerte, “Recuerdos de la vida”, ha proporcionado un pequeño nivel de fama a San Herrera y Nia Reston. Lo bastante breve para ser consumido fácilmente por los lectores de las holoredes, el ensayo ha dejado a la gente hablando y preguntándose acerca del significado de lo que ocurre después de que el cuerpo ha dejado de funcionar. Esto ha atraído la atención de los medios, incluyendo una entrevista con Yara Grugara. San y Nia tenían una idea sobre cómo podría ir la entrevista. Sin embargo, como suele ocurrir a menudo, Yara tenía una idea completamente distinta...

San y Nia están sentado juntos en un sofá con un grueso acolchado y un respaldo muy alto. Están relativamente limpios y presentables, aunque ambos parecen más que ligeramente pálidos y miran en numerosas ocasiones en dirección a la holocámara. Yara está sentada en una silla frente a ellos, manipulando su tableta de datos, revisando notas, y haciendo “Mm-hmm” cada pocos segundos. Finalmente, levanta la mirada y sonríe.

Yara: Buenas noches y bienvenidos a “El Ojo de Cularin”. Les habla Yara Grugara, y esta noche tengo el absoluto placer de entrevistar a dos de las más recientes celebridades intelectuales de Cularin: San herrera y Nia Reston. ¡Saludad a la cámara, chicos!

San y Nia parecen algo aturdidos, pero se vuelven y saludan con la mano a la holocámara.

Yara: Bueno, recientemente habéis causado un buen revuelo con ese pequeño panfleto sobre la muerte, ¿verdad? ¿Cómo se llamaba?
San: Se... hm... titula “Recuerdos de la Vida”. Pero no es ningún “panfleto”. Es un tratado académico...
Yara: Exacto. Yara cree que todos lo hemos leído. Una lectura interesante.
Nia: Gracias. En realidad nos gustaría hablar de...
Yara: Vosotros dos tenéis vidas interesantes, ¿sabéis? Yara ha puesto a su gente a trabajar para comprenderos mejor y así poder tener un marco para esta entrevista. Quiero decir, ¿por qué dos niños tan normales decidirían gastar su tiempo pensando y escribiendo sobre la muerte?
San: En realidad no somos niños. Yo tengo veintitrés años, y Nia veintidós.
Yara: Muy jóvenes, para ser tan macabros.
San: No creo que seamos macabros en absoluto. Hay muchas formas macabras de escribir sobre la muerte, pero esa no era una de ellas.
Nia: En realidad era optimista. Quiero decir, lo es. Optimista. El ensayo. Porque no discutimos que la muerte es mala, sólo que es algo sobre lo que en realidad no pensamos correctamente. Creo que los Jedi lo hacen, en cierta medida, pero ya sabe cómo son los Jedi. Predican mucho a su propia gente, pero no predican demasiado a nadie de fuera. ¿No es usted una de las personas que dicen que los Jedi no están haciendo lo suficiente para proteger Cularin? ¿Acaso decirnos cómo enfrentarnos a la muerte no contaría como ayudar a Cularin?
Yara: Estás sacando de contexto los comentarios de Yara. Lo que Yara dijo fue que los Jedi han sido demasiado reactivos... no lo suficientemente proactivos. Pero como ya se ha informado en otros canales, así como en un anterior informe especial de “El Ojo de Cularin·, Yara no era ella misma ese día. Posteriores controles voluntarios de estupefacientes demostraron que alguien había puesto algo en la bebida de Yara, y mi juicio estaba perjudicado. Yara ofreció todo un espectáculo, y ha pedido perdón una y otra vez por lo ocurrido. ¡Creedlo, ha habido muchos ruegos y súplicas para mantener la entrevista que Yara tiene programada dentro de poco con el Maestro Lanius!

San y Nia parecen poco convencidos.

Yara: Bueno, vosotros habéis hecho vuestra buena ronda por Cularin, ¿no es así? Tengo entendido que algunos de vuestros primeros esfuerzos incluyeron organizar misiones de ayuda a los tarasin. ¿Era eso necesario?
Nia: No, como se pudo demostrar. Estábamos convencidos de que eran primitivos que necesitaban nuestra ayuda...
San: Ayuda de alguien.
Nia: Exacto. Pensábamos que necesitaban ayuda para vivir. Resulta que en realidad no la necesitan. Llevan generaciones viviendo aquí perfectamente. Simplemente asumimos de algún modo que tenían que tener nuestra ayuda.
San: Realmente desarrollamos parte de nuestra teoría sobre la muerte basándonos en la Madre Dariana y su...
Yara: Vaya, eso fue más o menos al mismo tiempo que el Cártel estaba estableciendo su base secreta en Cularin, ¿no? ¿La misma que ellos mismos acabaron haciendo volar en pedazos desde la órbita cuando se descubrió que el líder en Cularin era un usuario de la Fuerza que poseía un sable de luz robado?
San: Eso fue por la misma época, sí.
Yara: ¿De modo que os encontrabais en la jungla al mismo tiempo que el Cártel?
Nia: Mucha gente estaba allí. ¿Está sugiriendo que tuvimos algo que ver con ellos?
Yara: Bueno, veamos. Vosotros dos parecéis aparecer en un buen puñado de lugares interesante. ¿No es así? Os tenemos a los dos llevando suministros a las junglas de Cularin mientras el Cártel estaba estableciendo su base, ¿correcto?
San: No teníamos ni idea. En serio. Simplemente estábamos en el lugar equivocado en el momento equivocado.
Yara: ¿Cómo lo de Uffel?

San y Nia se ruborizan y luego se miran entre sí. Yara aguarda pacientemente una respuesta.

San: Mire, la cosa fue así. Fuimos allí cuando mucha gente estaba yendo allí, para ver las instalaciones y descubrir lo que estaba pasando. Y, bueno, se nos pidió nuestra ayuda. Había unos cuantos grupos de gente ayudando. Éramos nosotros, y unos cuantos más... estaba Philinda, y... Nia, ¿quién más estaba?
Nia: Oh, claro. De ella sí te acuerdas. ¿Sabes, Yara? Lleva seis meses llamándola “la caliente”.
Yara: ¿Oh?
Nia: Oh, sí. “Veamos si la caliente quiere que hagamos algo.” “Llamemos a la caliente a ver si tiene noticias de algún nuevo trabajo.” La caliente esto, la caliente aquello. Es decir, es mona y todo eso, pero tampoco es que sea la mujer definitiva. Sólo tiene mucho carisma.
Yara: Eso suena a celos. ¿Vosotros dos sois pareja?
San: No.
Nia: Sí.

Se miran entre sí.

San: Sí.
Nia: No.
Yara: Bien. Así que estabais en Uffel con la caliente y algunos otros que no eran tan calientes. ¿Qué pasó entonces?
Nia: Bueno, alguien decidió que íbamos a escuchar lo que cada estúpido droide del lugar nos contara, así que cuando uno de ellos nos dijo que había un grupo de no-droides suelto por ahí cometiendo actos de sabotaje, y, oye, están en la sala de al lado, bueno, alguien decidió que debíamos ir allí a toda prisa y detenerles. Ya sabes, por el bien del sistema.
Yara: No funcionó, ¿no?
San: ¿Puedo decir algo? (No espera a que le respondan) Fuimos mal informados. Creo que todos nos sentimos bastante estúpidos cuando atacamos, y se trataba de algunas de las mismas personas que nos habían estado ayudando cuando llevábamos suministros a los Tarasin. El droide nos engañó para que nos mataran, o para que matáramos a parte de la gente que en realidad se encontraba allí para capturar al droide.
Yara: ¿Lugar equivocado, momento equivocado?
Nia: Desde luego. Y escuchar a la gente equivocada. Bueno, a los droides.
Yara: Entonces, ¿qué pasa cuando un droide muere?

Durante unos segundos, San y Nia no dicen nada. No parecen recordar sobre qué se suponía que trataba la entrevista.

San: Bueno, nada. En realidad no están vivos, así que no pueden morir.
Nia: No estoy segura. Quiero decir, que pueden pensar y hablar, y a veces tienes la sensación de que también pueden sentir cosas. No exactamente del mismo modo que nosotros. Son racionales, después de todo.
San: Pero son máquinas. La Fuerza no está en su interior.
Nia: ¿Ves, Yara? Esto es algo en lo que no estamos de acuerdo. Todo el tema de “¿qué es la vida?” Él cree que si algo no tiene alguna especie de proceso orgánico desarrollándose, si no respira o tiene latidos o algo, entonces no está realmente vivo. Y yo creo que es estúpido, porque hemos visto tantas clases distintas de vida que realmente no podemos decir que sólo por el hecho de que algo es diferente no está vivo o no tiene la Fuerza en su interior.
San: Sólo que los droides no nacen, se fabrican.
Nia: Según esa lógica, los clones no están vivos, ya que se fabrican en tanques. ¿Entonces no existe la Fuerza en los clones?
San: Yo no he dicho eso.
Nia: ¡Sí lo has dicho!
San: Que no.
Nia: ¡Que sí!
Yara: Niños, todo esto es muy interesante. ¿Por qué no escribís alguna vez otro ensayo sobre la posibilidad de que la Fuerza exista en un droide, y así tendremos otra de estas fascinantes charlas? Sin embargo, por ahora, habladme de Tilnes.
San: Hmm... ¿Realmente debemos?
Yara: ¿Por qué? ¿Estaba la caliente allí?

Nia suelta un gruñido y aparta la mirada.

Yara: Tomaré eso como un sí. De modo que estabais en Tilnes cuando la base secreta del Cártel fue descubierta, así como la base secreta thaereiana.
San: Cuando lo dice de ese modo, realmente no suena muy bien, ¿verdad?
Yara: No sé a qué te refieres.
San: Mire, creo que usted ha hecho sus deberes. O su equipo lo ha hecho. Y tiene razón. Una de las razones por la que escribimos lo que escribimos fue porque necesitábamos encontrarle sentido. A la muerte, quiero decir. Porque parece aparecer cuando estamos cerca.
Yara: Los problemas os siguen, ¿no?
San: Supongo que sí. Le avisaremos si escribimos ese texto sobre los droides.

Yara sonríe. La sintonía de “El Ojo de Cularin” suena de fondo, y vemos cómo la imagen funde en negro.

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