lunes, 4 de mayo de 2009

El honor de los Jedi (118)

118
-¡A la cámara de desinfectado! -ordena Luke-. ¡Ni siquiera respiréis hasta que se haya ido!
Gideon, Sidney y Erredós se agachan para entrar en la cámara, arrastrando los brazos. Luke les sigue un instante después.
Parnell y sus hombres llegan 20 segundos después.
-¡La oficina está vacía! -exclama la amortiguada voz de un ayudante.
-¡Va a rodar la cabeza de alguien por esto! -estalla Parnell-. Comandante Joseph, mire a ver si puede averiguar quién es el responsable de esto. TX-840, controle esta estación hasta que le releven.
-Sí, señor -responde un soldado de asalto.
-Comandante Anbow, ya es hora de que Erling Tredway tome su primer contacto con el interrogatorio, ¿no le parece?
-Oh, sí, señor -responde Anbow. Suena verdaderamente demasiado entusiasta.
Tan pronto se van, Luke gime suavemente. No había previsto que se quedarían controlando la estación. Respira profundamente, y entonces se levanta y comienza a arañar la pared.
-¡Dejadme salir! -dice Luke-. Me han encerrado aquí dentro.
-¿Quién? -pregunta el soldado de asalto, abriendo la puerta de la cámara de desinfectado.
Luke camina al pasillo de entrada, y luego salta a la oficina de procesado, con su sable de luz destellando.
-¡Los rebeldes! -exclama, blandiendo la hoja contra el costado del asombrado soldado de asalto. El soldado cae antes de saber qué le golpeó.
Luke carga rápidamente a Erredós y a sus compañeros de nuevo en su carro repulsor. Cuando alcanzan la primera cámara del pasillo de acceso, esta gira y sigue su avance. La segunda cámara también les sigue, al igual que la tercera. Finalmente, llegan a la entrada del Bloque de la Muerte. Las puertas se abren automáticamente y Luke las atraviesa. Su corazón late tan ferozmente que casi teme que esté tratando de escapar de su cuerpo. Un obstáculo más.
El oficial se gira.
-¿Cuál es el problema?
Luke detiene el carro.
-Vuelvo al grupo de trabajo de la sub-instalación -dice-. Al general Parnell casi le da un ataque cuando ha visto a estos tipos. En cuanto los devuelva a sus bloques, regreso a visionar datavideos.
-Qué mal -comenta el oficial.
-Lo que fácil viene, fácil se va -dice Luke. Enciende los motores repulsores y comienza a alejarse por el pasillo.
Un minuto más tarde, alcanzan una rampa ascendente y comienzan a salir del Complejo Administrativo. Luke está demasiado furioso para responder a las preguntas de Sidney sobre la negativa de Erling a abandonar el Bloque de la Muerte. Casi muere tratando de rescatar a alguien que no quería ser rescatado. De hecho, aún podría morir... ¡por nada!
Al final, Gideon habla.
-Van a descubrir que no eres un oficial de intendencia y que no somos prisioneros cuando encuentren a ese último soldado de asalto. ¿Qué hacemos ahora?
-¿Subir de polizones abordo de una barcaza de suministros?
-No es buena idea -comenta Gideon-. Se estarán esperando eso.
-Seguimos teniendo mi uniforme -dice Luke.
-Quizá podamos robar la lanzadera -sugiere Sidney.
-Eso es más estúpido que subir de polizones -dice Gideon-. Nunca pasaríamos el escudo atmosférico. Sabes lo bien que están vigilados esos muelles de prisioneros.
-No la lanzadera de prisioneros -dice Sidney-. La lanzadera de personal. Tienen que tener transportes desde y hacia las estaciones orbitales.
-¿Y a dónde vamos desde allí? -pregunta Gideon.

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