Capítulo 19
Boba Fett ya había llegado a Ciudad Nube, un lujoso complejo y refinería de gas en órbita alrededor del planeta gigante gaseoso de Bespin, y el Halcón Milenario, con su velocidad luz inhabilitada, seguía aún en camino cuando la lanzadera de Vader tomó tierra en una plataforma de aterrizaje de Ciudad Nube. Precedido por dos escuadras de soldados de asalto imperiales, Vader salió de la lanzadera para ser recibido por el barón administrador de Ciudad Nube, Lando Calrissian, y su ayudante Lobot, un cyborg con un puerto computerizado acoplado alrededor de su cabeza calva.
Calrissian fue cortés y solícito mientras escoltaba a los imperiales por sus instalaciones, y escuchó con atención cuando Vader trazó su plan para atrapar a un grupo de rebeldes. Cuando escuchó el nombre del carguero que se acercaba, la expresión de Calrissian permaneció completamente neutral, lo que no sorprendió a Vader. Aunque una comprobación previa había confirmado que Calrissian era un antiguo propietario del Halcón Milenario, también era un tahúr excelente.
Mientras el Ejecutor permanecía estacionado bien fuera del alcance de cualquier escáner de Bespin, los imperiales tomaron posiciones en Ciudad Nube y esperaron a que llegase la nave de Han Solo. No tuvieron que esperar mucho.
-El Halcón Milenario ha aterrizado en la plataforma 327, Lord Vader -dijo el teniente Sheckil, un oficial imperial de uniforme gris. Sheckil estaba escuchando un informe de progresos que estaba llegando, y estaba de pie ante Vader y Fett en una suite de conferencias de Ciudad Nube-. La princesa Leia está con Han Solo y su copiloto -continuó Sheckil-. También hay un droide. El barón administrador Calrissian los lleva ahora a Ciudad Nube. -Sheckil sonrió y añadió-: Fue una suerte que el hipermotor del Halcón Milenario estuviera dañado, o no habríamos llegado al sistema Bespin antes que los rebeldes.
-Nuestro viaje a Bespin nada tuvo que ver con la suerte, teniente Sheckil -dijo Vader-. Recuerde a sus hombres que permanezcan ocultos. La captura de los rebeldes se hará bajo mis órdenes.
-Sí, señor. Yo... -Sheckil se detuvo de golpe al escuchar su comunicador-. ¿Qué? ¡Los muy imbéciles! -Tratando de no parecer nervioso, devolvió su atención a Vader-. Es el droide, señor -dijo-. Él... se separó del grupo, y tropezó con el Escuadrón Gamma. Ellos le dispararon. Afortunadamente, la princesa y los demás no oyeron los disparos.
-Entonces tú eres el único afortunado -dijo Vader, furioso-. No vuelvas a fallarme. Traed el droide aquí. Su memoria podría contener información valiosa.
Después de que Sheckil abandonase la sala, Vader se giró para observar la silueta de Ciudad Nube por una ventana.
-Parece que tu iniciativa está dando sus frutos, cazarrecompensas -dijo-. Usando al capitán Solo como cebo para Skywalker, podrás cobrar dos recompensas de una sola vez.
-Skywalker vendría más rápido si se corriera la voz de que sus aliados están en peligro -dijo Boba Fett, observando la espalda del Señor Oscuro.
-No será necesario -dijo Vader, sintiendo un temblor en la Fuerza desde muy lejos, a través del espacio-. Él ya lo sabe.
Sheckil regresó con un par de soldados de asalto que traían un contenedor abierto que contenía las partes del droide capturado. Las piernas se habían soltado del tronco, y un puñado de cables multicolores sobresalían del enganche del cuello del droide.
-¿Lord Vader -dijo Sheckil-. Me-me temo que el daño es bastante grave.-Ofreciendo a Vader la cabeza del droide para que la inspeccionase, Sheckil continuó-. Como podéis comprobar, es un droide de protocolo. Probablemente pertenezca a la princesa.
Vader tomó la cabeza y la examinó detenidamente.
-Por la forma en que se han destrozado sus componentes -siguió parloteando Sheckil-, es como si el droide hubiese sido construido hace mucho tiempo.
A pesar del desgaste y las abolladuras de la cabeza del droide, Vader reconoció unos pocos detalles que indicaban la manufactura de Anakin Skywalker. Observó los ciegos fotorreceptores de la cabeza decapitada.
C-3PO.
La última vez que Vader había visto al droide dorado era en Mustafar. Te vi a través de la ventana de la nave de Padme cuando aterrizó, recordó Vader. Sosteniendo esa reliquia de su antigua vida, Vader sintió que oleadas de ira y pérdida barrían su oscura alma. Su memoria volvió al día en que Anakin encontró el esqueleto del droide en la chatarrería de Watto, en el que Anakin si preguntó si el droide reparado podría ayudarle a él y a su madre a abandonar Tatooine.
Vader se preguntó si C-3PO recordaría algo acerca de Anakin Skywalker. Lo dudaba. Si el droide hubiera tenido cualquier conocimiento de Anakin en sus bancos de memoria, entonces lo habría compartido con Luke Skywalker. Pero Luke seguía ignorando la identidad de su padre, Vader estaba seguro de ello.
Considerando todo eso, pensó Vader mientras miraba en los ojos del droide, debería haberte dejado en ese patio de chatarra. Tuvo la súbita urgencia de aplastar la cabeza del droide, pero entonces se dio cuenta de que Sheckil y Boba Fett le miraban con curiosidad.
-¿Intentarán nuestros técnicos recuperar sus unidades de memoria, Lord Vader?
Relajando su presa sobre la cabeza del droide, Vader la colocó con el resto de las piezas en el contenedor abierto.
-El droide está inservible -dijo-. Que lo destruyan. -Dejó de pensar en el droide y se volvió hacia la puerta-. Vamos, cazarrecompensas -dijo-. Quiero discutir nuestro próximo encuentro con los rebeldes.
Después de que el temblor de la Fuerza convenciese a Darth Vader que Luke Skywalker estaba de camino a Bespin, el Señor Oscuro preparó su trampa. Se las arregló para que Calrissian escoltase a la princesa Leia, Han Solo, y el copiloto wookiee de Solo a un salón de banquetes en el que él y Boba Fett estarían esperando. Un instante después de que se la puerta del salón de banquetes se abriera deslizándose y revelase a Darth Vader ante los horrorizados rebeldes, Solo alcanzó su pistola bláster y disparó al Señor del Sith. Con su mano enguantada, Vader rechazó las lanzas de energía, y luego usó la Fuerza para atrapar la pistola de Solo, arrancándola del agarre del piloto y haciéndola volar sobre la mesa de banquetes central para aterrizar entre los dedos extendidos de Vader.
-No tenía elección -les dijo Calrissian-. Llegaron antes que vosotros. Lo siento.
Han Solo miró fijamente a Calrissian.
-Yo también lo siento-dijo.
-¡Lord Vader! -dijo ligeramente alterado el teniente Sheckil después de que el Señor del Sith saliese de la sala de banquetes y ordenase a un escuadrón de soldados de asalto que escoltase a los prisioneros a las celdas de arresto-. Durante el registro de las habitaciones de la princesa Leia hemos descubierto algo... inesperado.
Caminando rápidamente con Sheckil a la zaga, Vader recorrió los pasillos de Ciudad Nube hasta que alcanzó la suite espaciosa y brillantemente iluminada que Leia había ocupado antes de salir hacia el salón de banquetes. Dos soldados de asalto estaban en la sala junto a dos ugnaughts: humanoides de escasa estatura y aspecto porcino que trabajaban en las refinerías de gas de la ciudad. Sobre una mesa descansaba un cajón de almacén que contenía las desmembradas partes de C-3PO.
Volvemos a encontrarnos.
Vader miró fijamente las piezas, que no parecían diferentes de cuando las había visto la última vez.
-Le di una orden, teniente- dijo.
-Sí, Lord Vader -dijo Sheckil. Señalando a los achaparrados trabajadores, continuó-. Pero según los ugnaughts, el wookiee irrumpió en el almacén y se puso como loco cuando encontró las piezas. Las trajo directamente aquí, a la princesa. Si la rebelión está interesada en preservar esta unidad, podría haber más en este droide de lo que se ve a simple vista.
Buscando en el cajón de almacenaje, Vader recogió la cabeza del droide. A pesar de sus deseos de dejar enterrados todos los recuerdos de Anakin Skywalker, uno más salió a la superficie... algo que Shmi Skywalker había dicho a su hijo después de que le permitiera quedarse las piezas de droide que había llevado en secreto a su pequeña morada. A menos que estés dispuesto a ocuparte de algo, no mereces tenerlo, había dicho ella.
Bajo su casco, Vader hizo una mueca de disgusto al recordarlo.
Sheckil observaba a Vader.
-¿Ordeno a los técnicos que busquen su memoria? -dijo. Cuando Vader no respondió, Sheckil añadió-: ¿O preferís que antes lo olfateen los ugnaughts?
Vader parecía seguir contemplando la cabeza del droide, manteniéndolo cerca de su casco para poder ver su oscuro y distorsionado reflejo en la erosionada superficie dorada del rostro sin vida de C-3PO.
-¿Señor? -dijo Sheckil expectante.
Darth Vader colocó lentamente la cabeza del droide con el resto de piezas.
-Las piezas del droide tienen el olor del copiloto del capitán Solo -dijo-. Envíe esta caja a la celda del wookiee.
-Yo... disculpadme, señor -dijo Sheckil, obviamente confundido-. No lo entiendo. Vos... ¿queréis que el prisionero se quede el droide?
-Le estoy dando al wookiee lo que se merece -dijo misteriosamente Vader.
-Oh -dijo Sheckil-. Sí... por supuesto, Lord Vader.
-El capitán Solo tiene una cita en la sala de interrogatorios -dijo Vader mientras salía con paso firme de la suite-. Asegúrese de que esté allí.
Vader no hizo una sola pregunta a Han Solo en la sala de interrogatorios que los imperiales habían preparado en Ciudad Nube, pero igualmente torturó al contrabandista. Después, hizo que un equipo de ugnaughts preparase una cámara de congelación de carbono para Solo, para determinar si Luke Skywalker podría sobrevivir al proceso de congelación. La prueba también fue presenciada por Boba Fett, Lando Calrissian, Lobot, la princesa Leia, y el corpulento copiloto de Solo, quien ya había conseguido re-ensamblar parcialmente a C-3PO, y llevaba las piezas del droide en una red de carga que estaba cruzada sobre su peluda espalda. Con cierta diversión, Vader notó que C-3PO seguía sin saber cuando debía dejar de hablar.
Solo fue introducido en el pozo central de la cámara de congelación, y luego subió una gran columna de vapor cuando le transformaron inmediatamente en un sólido bloque de carbonita. Después de que retirasen el bloque del pozo y Lando comprobase que Solo había sobrevivido, Vader se volvió a Boba Fett.
-Es todo tuyo, cazarrecompensas. -Luego miró a los ugnaughts-. Volved a ajustar la cámara para Skywalker -ordenó.
La sincronización no podía haber sido mejor, porque Skywalker acababa de aterrizar su caza ala-X en Ciudad Nube.
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