jueves, 23 de mayo de 2013

Matar dragones (I)

Matar dragones
Angela Phillips

Código de acceso incorrecto - Acceso denegado...
Código de acceso incorrecto - Acceso denegado...
Código de acceso incorrecto - Acceso denegado...
Una columna de humo al otro extremo del cañón anunciaba la cercanía del dragón. Veni se acercó a su hermana mayor mientras Vici activaba su sable de luz.
Código de acceso incorrecto - Acceso denegado...
Código de acceso incorrecto - Acceso denegado...

Veni se estremeció ante el sonido de 20 poderosas patas de reptil golpeando el suelo para acercarse a él en mortal sincronización. Pero Vici no tenía miedo. Aunque sólo tenía 16 años de edad, poseía el gran poder de la Fuerza en sus manos firmes. El dragón se acercó más.
¡Bip! Acceso concedido...

Shannon Voorson dejó a un lado la plataforma de historias y se volvió hacia el monitor.
-Por fin -murmuró. Este código había tardado en descifrarse más tiempo de lo habitual. Sin embargo, reflexionó, cualquier código que un ordenador pueda generar, otro puede imitarlo. Primera Ley del Pirateo Informático. Ahora, se dijo, veamos si hemos encontrado algo interesante...
-Oh, qué asco -suspiró al ver el contenido del archivo en el que había entrado: un registro de seis nuevos Destructores Estelares a punto de finalizar su construcción en los cercanos Astilleros de Propulsores Kuat. Qué nombres tan estúpidos tienen, pensó: el Impenetrable, el Penetrador, el Inflexible, el Indomable, el Inexorable, y el Exterminador. Si yo tuviera que bautizar Destructores Estelares, pensó, les daría nombres como el Mano de Hierro, el Raptor, o el Titania. Sin embargo, ¿qué se puede esperar de personas con tan poca imaginación que dejan que los ordenadores generen sus códigos de acceso?
Shannon oyó voces a través de las delgadas paredes prefabricadas de su habitación; alguien había entrado en el apartamento, y sus padres estaban saludando al visitante. Decidiendo investigar, guardó los archivos de los Destructores Estelares con la contraseña "nombrestontos" y cerró el programa de códigos de su ordenador.
Los miembros de la familia Voorson habían sido técnicos en el Puerto de Carga de Kuat durante generaciones. La mayoría de ellos habían pasado toda su vida en la estación; nacieron en el Centro de Salud de la compañía, fueron educados en la escuela de la compañía, fueron aprendices y luego contratados en los Servicios de Apoyo del Puerto de Kuat. Se casaron con compañeros de trabajo, formaron sus familias en viviendas de la compañía, y rara vez salieron de la estación, aunque sólo fuera para ir al propio planeta Kuat.
No había ninguna razón para salir; las tiendas de la compañía en la estación proporcionaban todo lo que necesitaban, los salarios y beneficios para los trabajadores del PCK estaban entre los mejores del sistema, y tenían el orgullo y la satisfacción de saber que, como miembros del conglomerado Ingeniería Kuat, estaban ayudando a construir las mejores naves de la galaxia. Aún así, de vez en cuando un Voorson miraba más allá de las cómodas paredes de un apartamento de la estación para ver lo que el resto de los miles de millares de mundos tenían que ofrecer. El primo de Shannon, Deen, era uno de estos Voorsons errantes.
-¡Deen! -chilló emocionada al ver al joven abrazando a su padre-. ¡Oh, Deen, eres tú! ¡Por fin estás aquí! ¿Dónde has estado? ¿Qué has estado haciendo? -Shannon saltó sobre el invitado.
Su primo se volvió a atraparla.
-¡Hey, Cosita, te he echado de menos! ¡Uf! -gruñó, mientras trataba de levantarla del suelo-. Has crecido, Cosita. ¡Deja que te mire! Estás ya tan alta, y tu cabello está tan largo... ¡Cuando me fui eras un bebé, con trenzas que sólo te llegaban a las orejas, y la tía Nell te hacía dormir con un pañuelo puesto para evitar que por la mañana aparecieran de punta!
Nell Voorson asintió y sonrió con ironía.
-Ahora tengo que evitar que se muerda los extremos.
-Oh, Deen -dijo Shannon- te he echado tanto de menos... ¡Ven a ver mi habitación! ¡Todo es diferente ahora, y tengo mi propio ordenador y todo! -Tiró de su mano.
Deen sonrió con indulgencia a la niña.
-Yo también te he echado de menos, Cosita, pero ¿no crees que tus padres también quieren hablar conmigo?
-Oh, ve con ella, Deen -dijo Nell-. Podéis hablar mientras Johan y yo preparamos la cena.

***

-No puedo creer que estés aquí -dijo Shannon, saltando arriba y abajo en el centro de la habitación-. ¡Ya han pasado cuatro años enteros! ¿Qué has estado haciendo?
-Matar dragones.
Shannon se echó a reír.
-¡No, Deen, en serio!
-¡En serio! Bueno, más o menos. Ayudando a matar dragones artificiales... He estado trabajando como técnico. -Se sentó al lado del ordenador de Shannon.
-¿Dónde?
-Oh, en diferentes lugares -dijo. Sus ojos oscuros vagaron por la habitación-. ¿Sigues leyendo esas viejas historias que te dio la abuela? -preguntó cuando vio la plataforma de historias sobre su ordenador.
-Sí -dijo Shannon-, aunque Madre dice que debería dejarlas pasar, como las muñecas.
-No veo muchas muñecas por aquí -dijo Deen.
-Si. Ahora me gustan los ordenadores. Soy una hacker. Puedo hackear cualquier cosa.
-¿Cualquier cosa? -preguntó Deen, riendo.
-Cualquier cosa. Entonces, ¿para quién trabajas? ¿Qué tipo de trabajo haces? ¿Te pagan mucho? ¿Arreglas droides, o naves, o qué?
-¡Hey -dijo Deen-, una pregunta cada vez! Trabajo para unos amigos que hice, después de irme de aquí. Son buenos amigos. Yo no me pagan mucho, pero me gusta lo que estoy haciendo. Sobre todo trabajo en naves...
-¿De qué tipo?
-Pequeñas naves estelares, en su mayoría, pero algunas más grandes, y cualquier otra cosa que mis amigos necesiten arreglar. Tengo que ser flexible.
-¿Cuál es la cosa más difícil que has tenido que arreglar?
Deen hizo una pausa.
-Bueno -dijo, mirando a la puerta cerrada del dormitorio-, hace unos meses, tuve que adaptar algunos aerodeslizadores para que funcionasen a 20 grados bajo cero...
-¿Y funcionaron?
-Bastante bien... Eso es Vici de Alderaan, ¿verdad? -preguntó, señalando la plataforma de historias sobre el ordenador.
-Sí, sigue siendo mi favorita. Vici es tan valiente.
-Alguien que posee la Fuerza no debe temer -murmuró Deen.
-Eso es lo que el abuelo de Vici le decía. Dime -preguntó Shannon-, ¿tuviste la oportunidad de visitar Alderaan? Antes de...
Deen negó con la cabeza.
-No, nunca lo hice. Me gustaría haber podido. Pero nunca tuve la oportunidad.
-No es justo -dijo Shannon, sentándose en el suelo.
-¿Que nunca pudiera ir a Alderaan? -le preguntó su primo.
-Que lo hicieran estallar. Estúpido Imperio. ¿Por qué lo hicieron? La abuela siempre decía que Alderaan era un planeta de paz y belleza. No había armas allí. ¿Por qué lo hicieron?
-Por eso -dijo Deen, señalando.
-¿Por mi plataforma de historias?
-Por esa historia -dijo Deen-. Esa historia, y otras similares. Las historias de Alderaan eran más peligrosas para el Emperador que cualquier arma.
-¿Cómo puede una historia ser más peligrosa que un arma? -preguntó Shannon.
-Por las ideas que contienen. En Alderaan, la gente todavía creía en la Fuerza. En Alderaan, la gente recordaba a los Caballeros Jedi y a la Antigua República. Los habitantes de Alderaan recordaban cómo eran las cosas en la galaxia antes de la llegada del Imperio, antes de los días de odio y miedo. Y sus historias, bibliotecas y universidades contenían todas las ideas que pueden destruir al Emperador: que el amor es más fuerte que el odio, que la gente es más fuerte que las armas, que combinadas entre sí las personas de esta galaxia poseen una fuerza contra la que el Emperador nunca podría oponerse.
Los ojos de Deen brillaban.
-¿Así que el Emperador -dijo Shannon- destruyó Alderaan para destruir todas esas ideas?
-Lo intentó -dijo Deen-, pero no tuvo éxito. Nunca podrá tener éxito. El único modo del que podría controlar todas las ideas de la galaxia sería matar o esclavizar a todos los seres de la galaxia, y eso es imposible. No puede ganar. Cuantos más crímenes que cometa, más gente se pondrá en pie para luchar contra él...
-Deen -preguntó Shannon-, ¿eres un rebelde?
Deen se llevó una mano a la boca.
-No pasa nada -agregó Shannon-, no se lo diré a nadie. Ni siquiera a mamá y papá. Mira -dijo, encendiendo el ordenador-, mira lo que encontré hoy. Justo antes de que llegaras. Te daré una copia si quieres...
-¿Cómo accediste a esto? -preguntó Deen, mirando la lista de Destructores Estelares-. ¿Tienes alguna idea...?
-Es fácil piratear los archivos imperiales, tienen contraseñas generadas por ordenador. Yo me invento mis propios códigos. Generalmente nombres de animales, como “nerf” o “bhillen”, o incluso “perro”...
-No puedo creerlo -dijo Deen, sin dejar de leer la pantalla de datos-. ¿Sabes lo que puede costarte esto...? ¿Sabes lo que te pasará si alguien te atrapa con esto?
-Nadie ha logrado superar nunca mis códigos -dijo Shannon con orgullo.
-Tal vez nadie ha considerado nunca investigar los archivos de una niña de nueve años -dijo Deen-. Tienes que parar esto... ¡Vas a lograr que te maten!
Shannon se mordió el labio.
-¿Eso significa que no quieres copias de los archivos?
La señora Voorson los llamó a cenar, cortando la respuesta de Deen.

***

Reunidos alrededor de una olla de bhillen guisado, la familia habló de los últimos cuatro años: la educación de Shannon, el ascenso de Nell a supervisora jefe de los muelles del Puerto de Carga de Kuat, el trabajo de Johan y Deen como técnicos... Johan se quejó de los impacientes capitanes de naves que esperaban milagros. Deen contó terribles historias de la lucha contra el calor, el frío, la humedad, el polvo, el hielo, la flora, la fauna y los microbios agresivos, y cualquier otra amenaza a la maquinaria en mundos perdidos que no quiso nombrar.
-¿De verdad encontraste musgo creciendo en las bobinas de refrigeración de las naves? -preguntó Johan.
-Sí -dijo Deen-. Dos horas antes del lanzamiento.
-¿Conseguiste limpiarlas a tiempo?
Deen sonrió.
-Por los pelos.
-La Fuerza te acompañaba -dijo su tío.
Nell frunció el ceño ligeramente.
-Es bueno tenerte en casa, Deen, después de tanto tiempo. Estaba empezando a pensar que nos habías dejado para siempre. Y ahora –dijo-, aquí estás. ¿Estás en problemas, Deen? ¿Necesitas algo?
-Nell -protestó su marido-, ¿acaso el muchacho no puede visitarnos sin un motivo oculto?
Deen miró su plato.
-En realidad -dijo, golpeando la crema con una cuchara-, me preguntaba...
-Ah, aquí viene -dijo Nell.
-Mis amigos -continuó Deen-, con los que trabajo... Han tenido algunos problemas últimamente, han perdido gran cantidad de equipamiento...
-¿Perdido? -preguntó Nell.
-Uh, sí, dañado. Imposible de reparar.
-¿Cómo? -preguntó Johan.
-Bueno... había gran cantidad de asteroides, y... es una larga historia, pero la cuestión es que necesitamos un generador de energía Colonia Clase 23.669, y...
-¿Por qué no os ponéis en contacto con la fábrica, entonces? -preguntó Nell-. Si hacéis el pedido ahora, podríais tener el generador en seis meses o menos, salvo que haya pedidos urgentes de Contratación Imperial.
-Lo necesitamos antes que eso, y hemos escuchado que un generador va a enviarse de aquí a un puesto de avanzada imperial dentro de dos semanas.
-No veo qué tiene que ver eso contigo -dijo Johan.
-Bueno, a ver, tía Nell, tú controlas las estaciones de atraque, y pensamos que si podíamos conseguir un permiso de atraque, podrías deslizar el nuestra barcaza de transporte en lugar de la de los imperiales...
-No puedo creer -dijo Nell- que estés sentado a mi mesa hablando sobre el secuestro de un generador de energía por un valor de 25 millones de créditos como si estuvieras pidiéndome prestado un deslizador.
-Pero tía Nell...
-Estás hablando de robar el generador, ¿no es así?
-Pero... podríamos pagaros...
La boca de Nell se abrió. Johan habló por ella.
-Deen, ¿oyes lo que estás diciendo? Esto no es otra broma más, como aquella vez que pirateaste el sistema de comunicaciones de la escuela con simulacros de evacuación falsos...
-Esto es traición -finalizó Nell-. Deen, no quiero oír ni una palabra más sobre esos que tú llamas tus amigos. Ahora, porque eres mi sobrino, no voy denunciarte y todos vamos a pretender que esta conversación nunca ha tenido lugar. ¿Está perfectamente claro?
La comida terminó en silencio.

***

Shannon no pudo dormir esa noche. Escuchando las voces que salían de la habitación de sus padres, se deslizó hasta su puerta para escuchar.
-¡La Alianza necesita equipos desesperadamente, Nell!
-¿Crees que me importa? Johan, ¿esa Alianza va a alimentar a mi familia o dar a Shannon una educación que pueda sacarla de esta estación?
-Pero el Imperio...
-...Posee este sistema y todo lo que contiene. Incluidos nosotros. Y tienen sus maneras de deshacerse de los traidores. Accidentes. Johan, ¿de verdad crees que fue una coincidencia que tu hermano muriera en ese fallo de reactor menos de una semana después de que reparase la nave de esos rebeldes? Nada merece que juegue con la seguridad de mi familia, Johan, nada. Ni la Alianza, ni Alderaan...
-¿Ni siquiera Deen?
Shannon no se quedó a escuchar la respuesta de su madre.

***

Deen se marchó a la mañana siguiente tras un tenso desayuno en silencio.
-Si cambiáis de opinión... –comenzó él.
-No lo haremos -dijo su tía-. Ahora olvídate del tema.
-Pero si lo hacéis -insistió Deen-, estaré en el sistema durante unos días. Podéis utilizar este comunicador para poneros en contacto conmigo -dijo, dejando caer el dispositivo electrónico portátil en una mesa cerca de la puerta-. Que la Fuerza os acompañe.
-Destruid ese comunicador -dijo Nell en cuanto la puerta se cerró.
-Yo lo haré, mamá -dijo Shannon, agarrando el dispositivo y lanzándose a la unidad recicladora. El aparato dispuso de la basura de la mañana con un crujido satisfactorio... pero el comunicador permaneció oculto en el bolsillo de Shannon.

***

Los Voorsons mayores se comportaban como si Deen nunca hubiera estado allí; si Shannon mencionaba a sus "amigos" o su solicitud de ayuda, la enviaban a su habitación sin discusión.
-¡No lo entiendo! -se dijo en una de esas ocasiones. Como si la estación no mezclase cosas todo el tiempo, pensó. Madre siempre está quejándose de la desaparición de esto o de esto otro.
Errores en la red de la estación; eso es lo que siempre decía. Si ella entregaba a Deen ese generador, todo el mundo pensaría que era simplemente otro error informático...
Saltando fuera de la cama, Shannon encendió su ordenador. Pocos minutos y un algunos pirateos más tarde, tenía la lista de las próximas exportaciones deslizándose por su pantalla. Ahí está, pensó, un generador CC-23669, para ser recogido en el embarcadero 42, a las 14:30 horas, dentro de cinco días. Muy bien, pensó, si cambio la fecha de recogida, Madre seguramente lo notará y nos detendrá. No se puede cambiar el número del muelle tampoco, eso sería un gran lío. Pero si cambiase la hora... ¿Cuánto tiempo se tarda en enlazar un transporte a una barcaza? Papá dice que puede hacerlo en menos de una hora... ¿Dos horas serían suficientes?
Cambió el horario de recogida para las 12:30 y confió en que su madre no se diera cuenta. Luego sacó el comunicador de Deen de debajo de la almohada.

***

-¿Quién eres? -preguntó la guardia de seguridad.
Shannon tragó saliva y trató de parecer mona e inofensiva.
-Shannon Voorson, señora -dijo.
-Oh, Shannon -dijo la mujer, reconociendo a la niña-, ¿por qué no estás en la escuela todavía? ¿Qué estás haciendo aquí?
Shannon sabía que “estoy huyendo para unirme a la rebelión”, no sería una respuesta popular para esa pregunta.
Afortunadamente, había venido preparada con una mentira.
-Mi papá se olvidó de su almuerzo, así que voy a llevárselo antes de irme. Un sándwich de bhillen, ¿ve? -Dejó en el suelo su ordenador portátil abajo y abrió la termobolsa, acercándola a la cara de la guardia para asegurarse de que captara el aroma de la raíz aromática bestiniana.
-Oh, ah, sí, claro dijo la guardia, retrocediendo y parpadeando-. Ve a buscar a tu padre. Estoy segura de que le va a encantar.
-Gracias -dijo Shannon. Salió disparada, pensando que la raíz aromática cruda era bastante apestosa, pero de ese modo la guardia no buscaría debajo de ella ni encontraría el comunicador de Deen.
Siguió por el pasillo unos pasos más hacia el área de trabajo de su padre, se escondió en un hueco, se asomó para ver que la guardia se había ido, y luego deshizo sus pasos hacia el muelle 42.
Los técnicos aún no habían llegado al muelle esa mañana, así que Shannon no tuvo problemas para piratear su acceso al contenedor de carga desde su ordenador portátil con unos cuantos cables de conexión. Después de reptar durante un tiempo sorprendentemente largo por encima, por debajo y alrededor del generador hasta la parte delantera del contenedor, se instaló con sus libro-chips para esperar a Deen.

***

-¿Estás seguro de que esto va a funcionar, Deen? -dijo Boo Rawl, capitán de la barcaza de transporte rebelde Largo Viaje.
-Por milésima vez, Boo, ¡sí! Mi tía es la supervisora de atraque de este puerto. No nos habría indicado que viniéramos si no tuviera todo dispuesto en este extremo. No sobreviví a la evacuación de Base Eco sólo para que mi propia familia me vuele en pedazos.
-No estoy tan preocupado por tu familia como por lo que has hecho a mis motores subluz -dijo Boo.
-Yo no he hecho nada a tus preciosos motores, Boo -dijo Deen-, lo único que hice fue agregar un cuadro ST para que el puerto lea nuestra señal del transpondedor como la del transporte imperial. Procedimiento Operativo Estándar, sacado directamente de la Guía de Campo de Cracken... Lo hago constantemente.
-Sí, bueno, parecías estar bastante cerca de mis cobuladores con esa llave hidráulica...
-Oh, deja de quejarte y llama al puerto; estamos prácticamente encima de ellos.
Boo Rawl se encogió de hombros y abrió un canal.
-Puerto de Carga de Kuat, al habla la nave de transporte 36DD, solicitando permiso para enlazarse con la barcaza en el... -Boo hizo una pausa para comprobar un cuaderno de datos-... muelle de carga 42.
-Nave de transporte, su señal de transpondedor es confusa -dijo una voz fría desde la estación-. Por favor, transmita código de acceso para confirmar su identidad.
Boo lanzó Deen una mirada asesina mientras enviaba el código.
-Uh, lo siento por el transpondedor, Kuat –dijo-, el nuevo técnico de a bordo estuvo trasteando con los subluz, y obviamente se dejó llevar un poco.
-Identidad confirmada -respondió el controlador, no interesado en absoluto en las explicaciones de Boo-. Transporte DeDé, llegan pronto. Los técnicos de enlace estarán en el muelle 42 a las 14:30.
Boo se volvió de nuevo a Deen, que hizo un gesto de inocencia, pero no dijo nada.
-Ah, ¿está seguro de eso, Kuat? -preguntó Boo-. Mis órdenes dicen recogida a las 12:30.
-Voy a comprobarlo, DeDé -dijo el controlador.
Boo apagó el comunicador.
-¿No es uno de los hombres de su tía?
Deen asintió.
-¿Entonces cuál es el problema?
-No lo sé...
Kuat llamó al transporte:
-Me parece que tiene razón, transporte DeDé -dijo el controlador-. Está planificado para las 12:30...
Deen sonrió a Boo.
-Sin embargo, habrá un ligero retraso: las órdenes de los técnicos dicen a las 14:30. Volverán al servicio en una hora.
-No hay problema, Kuat, esperaremos -dijo Boo. Apagó el comunicador de nuevo-. -¿Y ahora qué? -preguntó a Deen.
-Esperamos a que los técnicos terminen el almuerzo, como has dicho.
Boo puso los ojos en blanco.
-¿Y qué pasa si los de Seguridad deciden visitarnos mientras esperamos?
-Boo, te preocupas tanto como mi amigo Voren -dijo Deen-. Los de Seguridad también estarán en su descanso.
-Sí, se habrán ido a jugar a Golpea al bothano o a Pesca al calamari. -Boo suspiró-. No me gusta esperar -dijo.

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