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Mientras saltas
hacia la cortina, ¡te alcanza uno de los disparos de los soldados de asalto
restantes! Comienzas a perder el conocimiento conforme crece el dolor ardiente
de tu costado. Rápidamente eres rodeado por soldados de asalto que te apuntan
con sus pistolas bláster. Parece que este es el final del camino para ti. Tan
pronto como esos soldados de asalto descubran esa tarjeta de datos rebelde que
llevas, te llevarán a alguna parte para interrogarte... o peor aún, te
condenarán a las temidas minas de especia de Kessel.
Pero esa es una
aventura completamente diferente...
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