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A pesar de los
horrorosos gritos, continúas iluminando el camino con tu hoja. Delante de ti,
el sable de luz ilumina una horrible criatura; la fuente de los alaridos. Al
principio parece poco más que una ancha boca cabalgada por dos apéndices
visuales; ahora fuertemente cerrados para protegerse de la luz. Dos pequeños
pies con garras arañan furiosamente la tierra. Tras el enorme hocico se
extiende un cuerpo con forma de babosa, terminado en una cola con pinchos que
se agita de dolor.
-¡Apágalo!
¡Llévate la luz! –grita. Cuando abre su boca para hablar, la ves repleta de dientes
como agujas y una lengua hinchada aguarda en su interior. Su aliento apesta a descomposición. Realmente, esta es una
criatura de la oscuridad, una criatura que podría haberte engañado y haberte
hecho daño.
La caverna no continúa más allá
de la cola de la criatura... y no puedes encontrar ninguna bolsa de monedas de
metal. Recuerda, los Jedi son misericordiosos, no vengativos. En lugar de
seguir atormentando más a esta monstruosidad, te apresuras a salir de la
caverna a la luz del día.
- Exploras otra zona de las ruinas: ve al número indicado en el mapa para esa ubicación (2, 3, ó 4). No puedes regresar a ninguna zona que ya hayas visitado antes.
- Si aún no has encontrado la bolsa de monedas de metal, pero quieres abandonar tu búsqueda, pasa al 27.
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