Relatos de la Fuerza Viva
Robert Wiese y Andy Collins
Siento una gran
perturbación en la Fuerza. Procede de la academia Jedi de Almas. Me extiendo
con mi mente hacia el sistema Cularin, pero no puedo encontrar la fuente de mi
angustia. Es una bruma, una niebla que se mueve y se dispersa cuando me acerco
demasiado. Allí, en algún lugar, está creciendo un gran mal. Pronto amenazará a
mis estudiantes, y posiblemente incluso a esta academia. Si no nos preparamos,
puede que amenace a muchas más cosas.
Cularin atrae
mucho interés de los forasteros. Gas tibanna e irolunn, maderas caras, árboles
ch’hala y diversos cristales son valiosos recursos que pueden encontrarse aquí.
El gobierno de la República, el Cartel de Comercio Metatherano, la denominada
Confederación de Contrabandistas, y muchos mercaderes honestos (y deshonestos) acuden
en bandada al sistema como mynocks al casco de una nave. Tras su estela llegan
exploradores, cazadores de recompensas, bribones con la esperanza de hacer
fortuna, jugadores, políticos exiliados de otros sistemas... todo lo que la
galaxia tiene para ofrecer. El planeta principal del sistema, Cularin, es la
base para muchos de esos intereses, así como el hogar de la especie inteligente
nativa del sistema, los tarasin. Genarius, un planeta gaseoso gigante, alberga
grandes ciudades flotantes que extraen gas, fabrican tecnología, ofrecen juegos
de azar, y atraen a la gente con otros entretenimientos. El cinturón de
asteroides oculta contrabandistas, piratas, Jedi rebeldes, e incluso unos
cuantos seres honestos que sólo quieren privacidad. Incluso las lunas albergan
vida, dando soporte a muchas operaciones comerciales. Por desgracia, con 10
millones de seres viviendo en los tres planetas principales y las siete lunas
del sistema, el mal encuentra muchos rostros en los que ocultarse.
La Fuerza es poderosa
aquí. Los antiguos Sith lo sabían bien. Una fortaleza medio enterrada en el
lado desértico de Almas se alza como testamento silencioso de sus intereses en
el sistema hace más de mil años. Los tarasin tienen una habilidad natural con
la Fuerza que yo sólo he comenzado a comprender. Una de las lunas proporciona
excelentes cristales para sables de luz; los cristales han atraído a los Jedi
hasta aquí durante décadas. La fortaleza natural en la Fuerza es la razón por
la que mi predecesor, Nerra Ziveri, vino aquí para construir una nueva academia
Jedi. Eso, y la necesidad de mantener vigilada la fortaleza Sith. El lado
oscuro es poderoso allí, muy poderoso. Pero también siento el lado oscuro en
alguna otra parte del sistema. Más débil, pero todavía presente. Es como si el
mal hubiera estado durmiendo aquí durante siglos, desde que los Sith se
marcharon. Ahora algo, o alguien, parece estar despertándolo.
El futuro de
este sistema es difícil de ver. Ni siquiera Yoda puede predecir lo que va a
ocurrir. Lo he intentado y he fracasado, a veces dedicando más esfuerzos en
preocuparme por el futuro que en centrarme en la Fuerza viva encarnada en mis
estudiantes. Y aun así debo prepararles, y a través de ellos, a todos los seres
que viven aquí. Los días venideros serán oscuros, y difíciles de sobrevivir.
Necesitaremos la Fuerza para triunfar.
-Maestro Jedi Lanius Qel-Bertuk
El Bosque Sagrado de Árboles Ch’hala, en Cularin
Del diario de Reidi Artom:
Los tarasin me llevaron a un
bosque de árboles asombrosos. Eran verdes, con tonos púrpura en la corteza,
generando ondas de color que se arremolinaban, aparentemente de forma
aleatoria. Los patrones de color eran similares a los que los tarasin creaban
en sus escamas, pero en los árboles los colores fluían y se desvanecían, como
ondas en el agua de un lago. El bosque tenía unos cuarenta de esos árboles. En
el centro, los tarasin habían erigido una especie de altar o monumento. Decían
que no acudían a rezar allí, sino que levantaron el monumento como celebración
de la vida en el bosque.
La Ciudad Cueva, en Rennokk
Del diario de Reidi Artom:
La luna fundida de Cularin tiene
altas montañas, como agujas alzándose del mar de lava. Voy a hacer aterrizar la
nave en la más alta de ellas. Esta es mi segunda visita a este lugar, y espero
ser capaz de descender más usando el traje de presión que traído. El calor interfirió
en los sistemas de mi nave cuando lo intenté la última vez...
El traje de presión funciona,
pero sigue haciendo mucho calor. He dejado la nave en la boca de una cueva a
tres kilómetros por encima de mí, y estoy siguiendo un túnel en la cueva que se
adentra en la aguja. He llegado a una bifurcación. El pasaje que sigue
descendiendo es mucho más ancho y es similar al que he estado siguiendo hasta
ahora. El más pequeño conduce a algún lugar en este mismo nivel. De algún modo,
es diferente. Si estuviera en un lugar civilizado, diría que ha sido usado más
a menudo. Es sólo una impresión, pero parece que veré qué hay aquí abajo antes
de continuar la marcha...
Llevo la última hora caminando
sin parar, dando vueltas en un gran círculo, y no parece que esté llegando a
ninguna parte. No soy capaz de volver a encontrar el túnel vertical principal.
En este túnel he visto pequeñas alcobas, y parece que la roca se fundió cuando
se formaron...
Más adelante hay una cueva de
alguna clase. Espera, hay algo que viene hacia mí. Es grande, rojo, y brilla.
Mis sensores dicen que es increíblemente caliente. Es hora de marcharse de
aquí...
Lo he despistado, de algún modo.
No había corrido tanto en toda mi vida. Fuera lo que fuese, estaba vivo.
También parecía estar guardando algo, a juzgar de la rapidez con la que se
abalanzó sobre mí. No podía estar pensando en comerme, ya que no hay humanos en
esta luna. Puede que tenga que regresar aquí con más potencia de fuego y ver
qué puedo encontrar.
La Sonrisa de Kaernor, en Tilnes
De la Historia de Kaernor, un cuento muy conocido
con una clara moraleja:
Kaernor
Belasstie nunca hizo demasiado uso de la sabiduría convencional. Con su risa
fácil, su sonrisa dispuesta, y un apretón de manos empalagoso que revelaba
mucho más que la expresión de su rostro, convertía a sus amigos en socios y a
sus socios en enemigos con la velocidad de un rayo. Uno de los últimos llegados
al auge minero de Tilnes, escuchó rumores mientras bebía en el Inframundo,
historias acerca de recursos sin explotar en el extremo opuesto, que nadie
quería confirmar. Los viajeros hablaban de un profundo abismo que se extendía
por gran parte de la cara de la luna cuando el sol caía sobre ella, con el
potencial de producir muchos cristales fáciles de extraer. No pudo resistirse.
La promesa del dinero fácil siempre le había atraído, pero esa vez le llevó
demasiado lejos.
Los derechos
mineros del abismo fueron fáciles de conseguir. Aunque los archivos de la zona
eran gruesos, nadie había mantenido los derechos por más tiempo de uno o dos
meses, y no se había extraído ningún cristal del abismo. ¡Debía estar rebosante
de riquezas! ¿Acaso podía ser más sencillo?
Resultó
cualquier cosa excepto sencillo. Pudo adquirir suministros. Pudo adquirir naves. Pero no
pudo conseguir que una tripulación se enrolara con él. No para ir allí. Su
famosa sonrisa resultó insuficiente para convencer incluso al más desesperado
de los trabajadores de que le acompañara.
Así que Kaernor cargó una
pequeña lanzadera y partió él solo. Llevó suficiente equipo para cosechar un
buen cargamento de cristales, con la esperanza de demostrar que podía hacerse.
Refunfuñó mientras cargaba la lanzadera, y refunfuñó por el comunicador durante
todo el viaje hasta allí. Entonces el comunicador quedó en silencio.
La lanzadera nunca se encontró.
Otros mineros especularon con la idea de que había descendido al abismo, pero
nadie se molestó en ir a comprobarlo. Su desaparición sólo reafirmaba lo que ya
sabían. Le pusieron el nombre de Sonrisa de Kaernor en su honor. Las cosas que
parecen fáciles o atractivas desde fuera pueden ocultar secretos oscuros que es
mejor que no conozcamos.
El Gusano, en Eskaron
De una historia relatada pro Likk Nibk, un viajero espacial y
contrabandista ocasional:
El YT-1300 modificado volaba a
toda velocidad por delante de mí a través de los túneles, girando apenas a
tiempo para evitar perder su plato sensor. Mi Z-95 entró en el pasaje sin
problemas, y aceleré a fondo para hacer mi jugada. La sección del túnel a la
que nos dirigíamos era peliaguda, y sabía que Riboga contaba conmigo para
vencer a ese YT. Si no lo hacía, me encontraría muy pronto flotando en el
espacio. Aminorando ligeramente, me lancé a la siguiente curva y descendí por
debajo del carguero para adelantarle. El problema fue que olvidé que el túnel giraba
hacia arriba. El carguero voló por el pasaje correcto, y yo me vi obligado a
entrar en un túnel lateral más pequeño. Frené, pero no pude dar media vuelta.
El túnel era demasiado estrecho.
Justo cuando hice que el viejo
Z-95 aminorara lo bastante para tratar de dar media vuelta, vi alguna clase de
tela o cuero viejo colgando más adelante en el túnel. Escaneé la zona más allá
y descubrí que era parte de algo que continuaba durante unos 100 metros, y
luego terminaba. El muro del fondo era fino, así que aceleré el motor y volé a
través de la estructura. Tenía aristas en su interior, y una especie de moco
seco cubría las paredes y el suelo del pasaje. El material con aspecto de cuero
viejo cubría todo el túnel.
Disparé a la roca al final del túnel,
la atravesé para volver al trazado de la carrera, y salí justo por delante del
YT-1300. Y además gané la carrera, lo que era bueno para mí. Cuando tengo
tiempo para pensar en ello, me doy cuenta de que volé a través de alguna
especie de criatura, un gusano gigantesco, tan seguro como que estoy aquí
contándotelo.
La Trampa de Cristal, en los Asteroides
Del diario de Reidi Artom:
El planeta exterior del sistema
está justo más allá del cinturón de asteroides, y esta es mi primera visita.
Todos los asteroides figuran como bastante grandes, la mayoría de varios
kilómetros de anchura. Sin embargo, no debería ser difícil encontrar un camino
a través de ellos...
Mis sensores han localizado algo
en el cinturón de asteroides, una gran estructura cristalina. Probablemente uno
de los asteroides esté lleno de cristales, si no varios de ellos. Iré a echar
un vistazo...
He perdido el control de la
nave. Algo cerca de esa lectura de grandes cristales está pasando por encima de
los sistemas de mi nave. Los sensores muestran alguna clase de transmisión, de
banda ancha, y no dirigida específicamente a mí. Pero la nave ha girado hacia
la fuente, y no puedo desconectar los ordenadores. Los controles manuales no
responderían...
Puedo ver ahora la fuente de los
cristales. Guau. Todo ese asteroide está cubierto con estructuras cristalinas.
Justo como pensaba. Los sensores dicen que los cristales no son demasiado valiosos,
pero desde luego la vista es impresionante. Sigo pilotando directamente hacia
ello, pero aún está a unos cientos de kilómetros de distancia, así que puedo
dedicar un tiempo a un escaneo más detallado.
Hay alguna clase de patrón de
energía más allá del asteroide de cristal. Apenas puedo distinguirlo. Casi
parece camuflado. Desde luego, no es natural, al menos no según mi experiencia.
Será mejor que haga algo para salir de aquí...
Los ordenadores siguen
bloqueados, así que voy a desconectarlos. El pilotaje completamente manual es
como en los viejos tiempos. Espero que tenga tiempo suficiente. Ya está, los
controles comienzan a responder. Torpemente, pero responden...
Por los pelos.
Al dar la vuelta, parecía que los cristales brillaban con más fuerza, como si
estuvieran tratando de impedir que escapara. Ya no tengo más lecturas, y desde
luego, sin esta tableta de datos ni siquiera podría tener el diario. Creo que
con más preparación podría volver a encontrar este asteroide y ver cuál es su
historia. Mientras tanto, rumbo al cuarto planeta.
La Fortaleza de los Sith, en Almas
Del diario de Reidi Artom:
Circundando el cuarto planeta, estoy
llegando a una extensión de tierra desolada. Unas pocas plantas de color
púrpura verduzco crecen por aquí, pero eso es todo. En el centro, arte de un
edificio asoma de la tierra. La sección visible es de unos 30 metros de alto
con una cúpula en la parte superior. Los sensores dicen que hay más estructura
bajo tierra. Hay algo extraño acerca de este lugar. Puedo sentirlo, incluso
desde aquí. Un Jedi diría que la Fuerza es poderosa en este lugar. No sabría
decirlo, pero desde luego es tenebroso. La hierba verde-púrpura no crece en las
inmediaciones.
La estructura está construida
con alguna clase de piedra, completamente negra. No hay ninguna entrada ni
ventanas de ninguna clase, por lo que puedo ver. Los sensores no pueden
penetrar en el interior. Sea lo que sea, tendrá que averiguarlo otra persona.
Voy a hacer caso a mi corazonada y no aterrizaré.
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