miércoles, 24 de febrero de 2016

Relatos de la Fuerza Viva

Relatos de la Fuerza Viva
Robert Wiese y Andy Collins

Siento una gran perturbación en la Fuerza. Procede de la academia Jedi de Almas. Me extiendo con mi mente hacia el sistema Cularin, pero no puedo encontrar la fuente de mi angustia. Es una bruma, una niebla que se mueve y se dispersa cuando me acerco demasiado. Allí, en algún lugar, está creciendo un gran mal. Pronto amenazará a mis estudiantes, y posiblemente incluso a esta academia. Si no nos preparamos, puede que amenace a muchas más cosas.
Cularin atrae mucho interés de los forasteros. Gas tibanna e irolunn, maderas caras, árboles ch’hala y diversos cristales son valiosos recursos que pueden encontrarse aquí. El gobierno de la República, el Cartel de Comercio Metatherano, la denominada Confederación de Contrabandistas, y muchos mercaderes honestos (y deshonestos) acuden en bandada al sistema como mynocks al casco de una nave. Tras su estela llegan exploradores, cazadores de recompensas, bribones con la esperanza de hacer fortuna, jugadores, políticos exiliados de otros sistemas... todo lo que la galaxia tiene para ofrecer. El planeta principal del sistema, Cularin, es la base para muchos de esos intereses, así como el hogar de la especie inteligente nativa del sistema, los tarasin. Genarius, un planeta gaseoso gigante, alberga grandes ciudades flotantes que extraen gas, fabrican tecnología, ofrecen juegos de azar, y atraen a la gente con otros entretenimientos. El cinturón de asteroides oculta contrabandistas, piratas, Jedi rebeldes, e incluso unos cuantos seres honestos que sólo quieren privacidad. Incluso las lunas albergan vida, dando soporte a muchas operaciones comerciales. Por desgracia, con 10 millones de seres viviendo en los tres planetas principales y las siete lunas del sistema, el mal encuentra muchos rostros en los que ocultarse.
La Fuerza es poderosa aquí. Los antiguos Sith lo sabían bien. Una fortaleza medio enterrada en el lado desértico de Almas se alza como testamento silencioso de sus intereses en el sistema hace más de mil años. Los tarasin tienen una habilidad natural con la Fuerza que yo sólo he comenzado a comprender. Una de las lunas proporciona excelentes cristales para sables de luz; los cristales han atraído a los Jedi hasta aquí durante décadas. La fortaleza natural en la Fuerza es la razón por la que mi predecesor, Nerra Ziveri, vino aquí para construir una nueva academia Jedi. Eso, y la necesidad de mantener vigilada la fortaleza Sith. El lado oscuro es poderoso allí, muy poderoso. Pero también siento el lado oscuro en alguna otra parte del sistema. Más débil, pero todavía presente. Es como si el mal hubiera estado durmiendo aquí durante siglos, desde que los Sith se marcharon. Ahora algo, o alguien, parece estar despertándolo.
El futuro de este sistema es difícil de ver. Ni siquiera Yoda puede predecir lo que va a ocurrir. Lo he intentado y he fracasado, a veces dedicando más esfuerzos en preocuparme por el futuro que en centrarme en la Fuerza viva encarnada en mis estudiantes. Y aun así debo prepararles, y a través de ellos, a todos los seres que viven aquí. Los días venideros serán oscuros, y difíciles de sobrevivir. Necesitaremos la Fuerza para triunfar.
-Maestro Jedi Lanius Qel-Bertuk


El Bosque Sagrado de Árboles Ch’hala, en Cularin
Del diario de Reidi Artom:
Los tarasin me llevaron a un bosque de árboles asombrosos. Eran verdes, con tonos púrpura en la corteza, generando ondas de color que se arremolinaban, aparentemente de forma aleatoria. Los patrones de color eran similares a los que los tarasin creaban en sus escamas, pero en los árboles los colores fluían y se desvanecían, como ondas en el agua de un lago. El bosque tenía unos cuarenta de esos árboles. En el centro, los tarasin habían erigido una especie de altar o monumento. Decían que no acudían a rezar allí, sino que levantaron el monumento como celebración de la vida en el bosque.


La Ciudad Cueva, en Rennokk
Del diario de Reidi Artom:
La luna fundida de Cularin tiene altas montañas, como agujas alzándose del mar de lava. Voy a hacer aterrizar la nave en la más alta de ellas. Esta es mi segunda visita a este lugar, y espero ser capaz de descender más usando el traje de presión que traído. El calor interfirió en los sistemas de mi nave cuando lo intenté la última vez...
El traje de presión funciona, pero sigue haciendo mucho calor. He dejado la nave en la boca de una cueva a tres kilómetros por encima de mí, y estoy siguiendo un túnel en la cueva que se adentra en la aguja. He llegado a una bifurcación. El pasaje que sigue descendiendo es mucho más ancho y es similar al que he estado siguiendo hasta ahora. El más pequeño conduce a algún lugar en este mismo nivel. De algún modo, es diferente. Si estuviera en un lugar civilizado, diría que ha sido usado más a menudo. Es sólo una impresión, pero parece que veré qué hay aquí abajo antes de continuar la marcha...
Llevo la última hora caminando sin parar, dando vueltas en un gran círculo, y no parece que esté llegando a ninguna parte. No soy capaz de volver a encontrar el túnel vertical principal. En este túnel he visto pequeñas alcobas, y parece que la roca se fundió cuando se formaron...
Más adelante hay una cueva de alguna clase. Espera, hay algo que viene hacia mí. Es grande, rojo, y brilla. Mis sensores dicen que es increíblemente caliente. Es hora de marcharse de aquí...
Lo he despistado, de algún modo. No había corrido tanto en toda mi vida. Fuera lo que fuese, estaba vivo. También parecía estar guardando algo, a juzgar de la rapidez con la que se abalanzó sobre mí. No podía estar pensando en comerme, ya que no hay humanos en esta luna. Puede que tenga que regresar aquí con más potencia de fuego y ver qué puedo encontrar.


La Sonrisa de Kaernor, en Tilnes
De la Historia de Kaernor, un cuento muy conocido con una clara moraleja:
Kaernor Belasstie nunca hizo demasiado uso de la sabiduría convencional. Con su risa fácil, su sonrisa dispuesta, y un apretón de manos empalagoso que revelaba mucho más que la expresión de su rostro, convertía a sus amigos en socios y a sus socios en enemigos con la velocidad de un rayo. Uno de los últimos llegados al auge minero de Tilnes, escuchó rumores mientras bebía en el Inframundo, historias acerca de recursos sin explotar en el extremo opuesto, que nadie quería confirmar. Los viajeros hablaban de un profundo abismo que se extendía por gran parte de la cara de la luna cuando el sol caía sobre ella, con el potencial de producir muchos cristales fáciles de extraer. No pudo resistirse. La promesa del dinero fácil siempre le había atraído, pero esa vez le llevó demasiado lejos.
Los derechos mineros del abismo fueron fáciles de conseguir. Aunque los archivos de la zona eran gruesos, nadie había mantenido los derechos por más tiempo de uno o dos meses, y no se había extraído ningún cristal del abismo. ¡Debía estar rebosante de riquezas! ¿Acaso podía ser más sencillo?
Resultó cualquier cosa excepto sencillo. Pudo adquirir suministros. Pudo adquirir naves. Pero no pudo conseguir que una tripulación se enrolara con él. No para ir allí. Su famosa sonrisa resultó insuficiente para convencer incluso al más desesperado de los trabajadores de que le acompañara.
Así que Kaernor cargó una pequeña lanzadera y partió él solo. Llevó suficiente equipo para cosechar un buen cargamento de cristales, con la esperanza de demostrar que podía hacerse. Refunfuñó mientras cargaba la lanzadera, y refunfuñó por el comunicador durante todo el viaje hasta allí. Entonces el comunicador quedó en silencio.
La lanzadera nunca se encontró. Otros mineros especularon con la idea de que había descendido al abismo, pero nadie se molestó en ir a comprobarlo. Su desaparición sólo reafirmaba lo que ya sabían. Le pusieron el nombre de Sonrisa de Kaernor en su honor. Las cosas que parecen fáciles o atractivas desde fuera pueden ocultar secretos oscuros que es mejor que no conozcamos.


El Gusano, en Eskaron
De una historia relatada pro Likk Nibk, un viajero espacial y contrabandista ocasional:
El YT-1300 modificado volaba a toda velocidad por delante de mí a través de los túneles, girando apenas a tiempo para evitar perder su plato sensor. Mi Z-95 entró en el pasaje sin problemas, y aceleré a fondo para hacer mi jugada. La sección del túnel a la que nos dirigíamos era peliaguda, y sabía que Riboga contaba conmigo para vencer a ese YT. Si no lo hacía, me encontraría muy pronto flotando en el espacio. Aminorando ligeramente, me lancé a la siguiente curva y descendí por debajo del carguero para adelantarle. El problema fue que olvidé que el túnel giraba hacia arriba. El carguero voló por el pasaje correcto, y yo me vi obligado a entrar en un túnel lateral más pequeño. Frené, pero no pude dar media vuelta. El túnel era demasiado estrecho.
Justo cuando hice que el viejo Z-95 aminorara lo bastante para tratar de dar media vuelta, vi alguna clase de tela o cuero viejo colgando más adelante en el túnel. Escaneé la zona más allá y descubrí que era parte de algo que continuaba durante unos 100 metros, y luego terminaba. El muro del fondo era fino, así que aceleré el motor y volé a través de la estructura. Tenía aristas en su interior, y una especie de moco seco cubría las paredes y el suelo del pasaje. El material con aspecto de cuero viejo cubría todo el túnel.
Disparé a la roca al final del túnel, la atravesé para volver al trazado de la carrera, y salí justo por delante del YT-1300. Y además gané la carrera, lo que era bueno para mí. Cuando tengo tiempo para pensar en ello, me doy cuenta de que volé a través de alguna especie de criatura, un gusano gigantesco, tan seguro como que estoy aquí contándotelo.


La Trampa de Cristal, en los Asteroides
Del diario de Reidi Artom:
El planeta exterior del sistema está justo más allá del cinturón de asteroides, y esta es mi primera visita. Todos los asteroides figuran como bastante grandes, la mayoría de varios kilómetros de anchura. Sin embargo, no debería ser difícil encontrar un camino a través de ellos...
Mis sensores han localizado algo en el cinturón de asteroides, una gran estructura cristalina. Probablemente uno de los asteroides esté lleno de cristales, si no varios de ellos. Iré a echar un vistazo...
He perdido el control de la nave. Algo cerca de esa lectura de grandes cristales está pasando por encima de los sistemas de mi nave. Los sensores muestran alguna clase de transmisión, de banda ancha, y no dirigida específicamente a mí. Pero la nave ha girado hacia la fuente, y no puedo desconectar los ordenadores. Los controles manuales no responderían...
Puedo ver ahora la fuente de los cristales. Guau. Todo ese asteroide está cubierto con estructuras cristalinas. Justo como pensaba. Los sensores dicen que los cristales no son demasiado valiosos, pero desde luego la vista es impresionante. Sigo pilotando directamente hacia ello, pero aún está a unos cientos de kilómetros de distancia, así que puedo dedicar un tiempo a un escaneo más detallado.
Hay alguna clase de patrón de energía más allá del asteroide de cristal. Apenas puedo distinguirlo. Casi parece camuflado. Desde luego, no es natural, al menos no según mi experiencia. Será mejor que haga algo para salir de aquí...
Los ordenadores siguen bloqueados, así que voy a desconectarlos. El pilotaje completamente manual es como en los viejos tiempos. Espero que tenga tiempo suficiente. Ya está, los controles comienzan a responder. Torpemente, pero responden...
Por los pelos. Al dar la vuelta, parecía que los cristales brillaban con más fuerza, como si estuvieran tratando de impedir que escapara. Ya no tengo más lecturas, y desde luego, sin esta tableta de datos ni siquiera podría tener el diario. Creo que con más preparación podría volver a encontrar este asteroide y ver cuál es su historia. Mientras tanto, rumbo al cuarto planeta.


La Fortaleza de los Sith, en Almas
Del diario de Reidi Artom:
Circundando el cuarto planeta, estoy llegando a una extensión de tierra desolada. Unas pocas plantas de color púrpura verduzco crecen por aquí, pero eso es todo. En el centro, arte de un edificio asoma de la tierra. La sección visible es de unos 30 metros de alto con una cúpula en la parte superior. Los sensores dicen que hay más estructura bajo tierra. Hay algo extraño acerca de este lugar. Puedo sentirlo, incluso desde aquí. Un Jedi diría que la Fuerza es poderosa en este lugar. No sabría decirlo, pero desde luego es tenebroso. La hierba verde-púrpura no crece en las inmediaciones.
La estructura está construida con alguna clase de piedra, completamente negra. No hay ninguna entrada ni ventanas de ninguna clase, por lo que puedo ver. Los sensores no pueden penetrar en el interior. Sea lo que sea, tendrá que averiguarlo otra persona. Voy a hacer caso a mi corazonada y no aterrizaré.

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