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Allí no hay nada
que puedas usar para taponar los agujeros. El pasadizo parece estar limpio de
escombros, aunque ves muchas telarañas. Sin embargo, realizas una búsqueda
concienzuda; finalmente, encuentras algo muy interesante. En una de las paredes
del pasillo encuentras un símbolo extraño, similar a los que había tallados arriba,
en las piedras del pozo. Investigas más detenidamente, descubriendo que es una
única roca cuadrada colocada en el muro. La presionas suavemente y se hunde en
la piedra circundante. Un sonido sordo retumba por el pasadizo. Dos grandes
losas se deslizan desde el techo para cubrir los agujeros de gusano a ambos
lados del pasillo. Aunque escuchas a los gusanos golpeando contra los paneles
de piedra, ninguno sale volando de su madriguera. El camino está despejado para
poder pasar.
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