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Tu sable de luz
mantiene a raya a las criaturas. Ninguna se aventura a salir de su madriguera. Conforme
avanzas, el sable de luz no es capaz de alumbrar todos los agujeros. Un gusano
ambicioso sale disparado y hunde sus fauces llenas de dientes en tu costado. Ha
conseguido agarrarse bastante bien, y continúa masticando abriéndose paso en tu
carne. Para ver cómo resistes al daño, haz una tirada de Fortaleza (2D).
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