viernes, 29 de enero de 2016

Relatos del Suplemento Técnico de la Estrella de la Muerte


Relatos del Suplemento Técnico de la Estrella de la Muerte
Bill Slavicsek

Han Solo, al timón del Halcón Milenario, cubrió la distancia entre su nave y el caza TIE que huía.
-Le alcanzaré en uno o dos minutos –informó Solo a sus pasajeros.
-Se dirige hacia aquel pequeño satélite –dijo Luke Skywalker.
Al acercarse, en la luna comenzaron a verse cráteres y montañas. Pero había algo extraño en ellos. Los cráteres tenían un trazado demasiado regular, las montañas eran demasiado verticales. Había cañones y valles que parecían imposiblemente rectos. La superficie era demasiado regular para que pudiera atribuírsele una formación natural.
-Eso no es un satélite –dijo Ben Kenobi en un suave susurro-. Es una estación espacial.
-No puede ser una estación espacial –protestó Solo-. Es demasiado grande. No puede ser artificial...
-No me gusta nada lo que está pasando –dijo Luke.

***

Con todos esos TIEs, ¿por qué vencimos en Yavin?

Un joven piloto alzó la mano cuando Wedge Antilles hizo una pausa en su charla sobre las tácticas de los cazas estelares imperiales en la batalla de Yavin.
-Señor –comenzó a decir el joven piloto-, si la Estrella de la Muerte transportaba tantos cazas TIE, ¿cómo es que nuestro bando consiguió ganar la batalla?
Wedge sonrió, pasándose de forma inconsciente la mano por su cabello oscuro.
-Esa es una buena pregunta. Si he de decir la verdad, ganamos porque la Estrella de la Muerte nunca lanzó más de un escuadrón contra nosotros.
Los pilotos que abarrotaban la sala soltaron una exclamación de sorpresa e inmediatamente comenzaron a hablar entre ellos. Wedge les dejó que lo hicieran durante unos minutos, y luego volvió a reclamar orden en la clase.
-Según nuestras investigaciones, parece que el gran moff Tarkin nunca dictó una orden para lanzar sus cazas TIE. Se conformaba con usar las torres turboláser de la estación contra los cazas estelares de la Alianza. Eso nos lleva de vuelta a nuestra conversación anterior acerca del exceso de confianza imperial.
El joven piloto volvió a levantar la mano.
-Si Tarkin no ordenó que los TIEs despegaran, ¿quién lo hizo?
Wedge paseó la mirada nerviosamente por la sala antes de fijarla en el joven piloto.
-El escuadrón que se enfrentó a nosotros aquel día era nada menos que el escuadrón personal de Lord Darth Vader. Se enfrentó con nosotros en la trinchera, siguiendo a nuestras naves principales y tratando de eliminarlas antes de que pudieran disparar al puerto de escape. Puede que aún pudiéramos haber ganado la batalla aunque todos los TIEs hubieran despegado, pero desde luego la superficie de la Estrella de la Muerte habría estado más concurrida.

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