domingo, 7 de febrero de 2010

El honor de los Jedi (44)

44
-Esos cuatro son sólo la avanzadilla -dice Luke-. Será mejor escapar.
-Si tú lo dices -gruñe Gideon-. Subid a bordo.
Tan pronto como Luke y Sidney trepan a sus asientos, Gideon sale pitando. El zumbido del repulsor retumba en los muros, agitando todo en el interior del túnel con una vibración que pone los nervios de punta.
El clamor no pasa desapercibido para los soldados de asalto. Sus rayos de luz se enfocan inmediatamente en las vacías profundidades entre ellos y el trío de fugitivos. Los rayos se disipan unos pocos metros antes de llegar a ellos, pero Luke no tiene la menor duda de que los soldados ven las luces del buggy reflejándose en las paredes del túnel. Gideon pisa más a fondo el acelerador y salen disparados hacia delante con velocidades que serían terroríficas incluso en la superficie.
Luke se gira nervioso hacia delante y mira por encima del hombro de Gideon. Los poderosos faros del buggy iluminan los muros, el techo y el suelo del túnel hasta 15 metros por delante de ellos. La roca de color gris monótono pasa ante su vista tan rápido que es poco más que un borrón. De momento, el túnel transcurre recto como un rayo láser. ¿Cuánto puede durar eso?
Cuando Luke vuelve a mirar hacia atrás, deja de preocuparse por el túnel. Los soldados de asalto han reducido la distancia en al menos diez metros. Las luces de sus linternas iluminan ahora la parte trasera del buggy de supervisión. Teniendo sólo sus luces para evaluar el tamaño aparente de los soldados, Luke no puede calcular a qué distancia se encuentran. Los círculos brillantes no son mayores que la punta de su dedo meñique. ¿Significa eso que están a 25 metros de distancia? ¿O a 50?
Luke sabe que sólo hay una forma de averiguarlo. Saca su pistola bláster y apunta cuidadosamente a la luz más grande. A 25 metros, tiene una buena probabilidad de acertar en su objetivo. A 50 metros, fallará casi con toda seguridad. Aprieta el gatillo y un rayo de bláster sale disparado por el túnel. Le cuesta una eternidad alcanzar su objetivo.
El disparo desaparece en las negras profundidades entre las luces sin explosión de impacto. Los perseguidores están fuera del alcance de la pistola. Un instante después, responden al disparo de Luke con su propia andanada. Cuatro disparos relucen en el túnel, explotando en los muros y el suelo por todo alrededor del buggy. Por desgracia, ellos sí están al alcance de los rifles bláster de los imperiales.
Luke toma el rifle de Gideon. Cuatro disparos más pasan zumbando, golpeando en los muros por delante del tractor. Luke apunta cuidadosamente al soldado en cabeza y luego aprieta el gatillo. Un rayo verde sale disparado directamente hacia él y luego brilla con luz naranja. La linterna se retuerce y cae al suelo. Se desvanece por completo fuera del alcance de la vista conforme la batalla se aleja.
Los soldados de asalto restantes vuelven a disparar. Esta vez, dos disparos pasan rozando la cabeza de Luke y explotan en el buggy. El vehículo gira inmediatamente sin control, arrojando a Sidney fuera del banco. Luke grita, pero antes de poder formar ninguna palabra con sentido, el tractor se estrella en la pared izquierda del túnel.
El impacto lanza a Luke por encima del tractor. Se da cuenta vagamente de haber perdido su lámpara de cabeza, porque no ve otra cosa salvo oscuridad. Un instante después, su cabeza choca contra una superficie rocosa. No tiene forma de saber si se trata del techo, la pared o el suelo... y, de pronto, tampoco le importa. Sus ojos se cierran y comienza una larga caída en un profundo pozo dentro de su propia mente.

Luke ha sufrido una conmoción, pero se repondrá... ¡en el hospital de la prisión del Gobernador-General Parnell! Esta aventura ha acabado para él. Vuelve a la sección uno y prueba de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario