lunes, 1 de febrero de 2010

El honor de los Jedi (54)

54
Luke rueda hacia un lateral del túnel y comienza a disparar. Su disparo avanza brillando durante veinte metros ante él, y luego estalla contra la pared del muro a mano derecha. Aunque nadie responde a su disparo, no puede ver otra cosa excepto puntos ante sus ojos. Debido a la absoluta oscuridad del túnel, sus propios disparos le han cegado temporalmente.
-Desearía que no hubieras hecho eso -responde Gideon-. Ahora nunca la encontraremos.
-¿A quién? -pregunta Luke, esperando a recuperar la visión.
-A Dena Tredway, por supuesto -dice Gideon perdiendo la paciencia-. La he visto, pero tu maldito disparo me ha cegado. ¿Quién sabe hacia dónde ha ido ahora?
-¿Cómo iba a saberlo? -pregunta Luke a la defensiva. Incluso mientras hacía la pregunta, se dio cuenta de que las tropas imperiales habrían efectuado más de dos disparos.
Buscan por la mina durante dos horas, pero no encuentran ni rastro de Dena.
-Me rindo -dice finalmente Gideon-. Ella ha crecido aquí abajo, y yo sólo he trabajado aquí de vez en cuando. Será mejor que salgamos de aquí antes de que aparezca otra lanzadera llena de tropas de asalto.
El grupo, abatido, consigue encontrar un camino de vuelta a la superficie.
-¿Y ahora qué vas a hacer?

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