La entrada a uno de los conectores cilíndricos de la estación estaba a apenas 50 metros de distancia, pero Maul y las tres dathomiri estaban inmovilizados detrás de un contenedor de carga por los disparos de los refuerzos del señor de la guerra vollick.
-Nuestra magia no funciona en este lugar estéril -dijo Talzin con aborrecimiento-. Por eso no pude sostener la ilusión.
Disparos láser rebotaron en el contenedor. Las dos Hermanas de la Noche devolvieron el fuego.
-Una ilusión que casi nos mata a todos -dijo Maul.
Talzin apartó su mano del profundo corte con bordes negros en la parte externa de su muslo y se estremeció. Maul observó la herida en un silencio sepulcral. Negro sobre rojo, como las marcas en zigzag en su rostro y cabeza.
-En Dathomir sería capaz de curarme a mí misma.
-Nadie os pidió que vinierais aquí -dijo, a pesar de que podría no haber sido el caso.
-Hemos venido por tu bien.
Eso era una mentira, y así lo dijo.
Los ojos plateados de Talzin se dilataron.
-No alcanzas a comprender que perteneces a un gran linaje, Maul. Que hayas sido criado lejos de Dathomir no altera el hecho de que eres un Hermano de la Noche , y que tu destino está ligado al nuestro.
Él soltó un bufido.
Todo el mundo tiene un plan para mí.
Talzin buscó en el temible rostro de Maul pistas sobre el significado de sus palabras.
-No lo entiendo -dijo al fin.
Pero Maul había vuelto a caer en el silencio.
En el espacio vacío entre el contenedor de carga y los soldados, una docena de robots elevadores de carga automatizados estaban transportando contenedores similares a diferentes zonas de la brillante cubierta, imperturbables por el tiroteo que estaba teniendo lugar a su alrededor. Los contenedores estaban siendo descargados en el hangar mediante poderosos rayos tractores desde un carguero demasiado grande para atracar en el interior de la estación. Todo el proceso estaba bajo la dirección de un ordenador ubicado en la sala de control del nivel superior del hangar.
Maul estuvo un buen rato observando.
-Tenemos una oportunidad de conseguir pasar al módulo de pasajeros por el pasillo de conexión –dijo luego. Fijó su mirada penetrante en Talzin-. Voy a necesitar una de sus espadas de energía.
Talzin devolvió la mirada.
-No tienes ningún entrenamiento en el uso de esa arma.
Maul se encogió de hombros sin darle importancia.
-Entonces tendré que improvisar.
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